Contraindicaciones y Efectos Secundarios

 
Una contraindicación es una situación específica en la cual no se debe utilizar un fármaco, un procedimiento o una cirugía, ya que puede ser dañino para la persona. Existen dos tipos de contraindicaciones: La contraindicación relativa significa que se debe tener cautela cuando se utilizan dos fármacos o procedimientos juntos. (Es aceptable hacerlo si los beneficios superan a los riesgos.). La contraindicación absoluta significa que el evento o sustancia podría ocasionar una situación potencialmente mortal. Un procedimiento o un medicamento que esté incluido dentro de esta categoría se debe evitar. Algunos tratamientos pueden causar reacciones peligrosas o indeseables en personas con alergias, presión arterial alta o embarazo. Por ejemplo, la isotretinoína, un fármaco empleado para tratar el acné, está absolutamente contraindicado en el embarazo, debido al riesgo de anomalías congénitas. Ciertos descongestionantes están contraindicados en personas con hipertensión arterial y, por lo tanto, se deben evitar. Muchos medicamentos no deben utilizarse juntos por parte de la misma persona. Por ejemplo, una persona que toma warfarina para diluir la sangre no debe tomar ácido acetilsalicílico (aspirina). Éste es un ejemplo de una contraindicación relativa. La mayoría de las veces, los medicamentos hacen que nuestras vidas sean mejores. Reducen los dolores, ayudan a combatir infecciones y controlan condiciones, tales como la presión arterial alta o la diabetes. Pero los medicamentos también pueden causar reacciones no deseadas. Un problema es la interacción, lo que puede ocurrir al combinar 2 farmacos. Las interacciones pueden cambiar el efecto de uno o ambos medicamentos. Los medicamentos podrían no funcionar o usted podría tener efectos secundarios. Los efectos secundarios son efectos no deseados causados por las medicinas. La mayoría son leves, tales como dolores de estómago o mareos y se van después de dejar de tomar el medicamento. Otros pueden ser más graves.